Aeropuerto

Ayer domingo regresaba el Cacho de sus dos semanas de vacas en Argentina. Me avisaron a las dos de la tarde que el vuelo llegaba a las tres y media de la tarde así que, teniendo en cuenta que me liberé de la condena de tener un coche hace ya dos años y debía llegar al aeropuerto heróicamente vía transporte público en tan poco tiempo no me quedó otra que salir corriendo al instante sin haber comido ni poder sacar al perro de paseo.

El primer destino: el metro. Nada más bajar al andén llegó uno, algo increíble en un domingo, así que de momento la suerte me acompañaba. Cuando llegué a la parada de Sants me bajé y comenzó el suplicio de intentar adelantar a la gente que va de paseo en paralelo de a dos o tres hasta acceder al vestíbulo de la estación de trenes y comprar mi billete al aeropuerto en una máquina expendedora de esas. Una vez localizado el andén que tocaba me tocó esperar unos veinte minutos. Odio profundamente esperar.

Es bastante frecuente que uno se trague una espera larga y a la hora de subir al vagón alguna lista de turno que acaba de llegar te empuje desde un lateral para tratar de pasar primero por la puerta y atrapar un asiento libre donde apoyar sus posaderas. Le dió igual porque hábilmente le coloqué mi pata derecha de forma que si intentaba pasar por delante de mí habría acabado con los dientes en el suelo, así que elegí asiento en el lateral del tren, de esos que hay que bajarlos como las butacas del cine y la tipa esa se sentó en el asiento de al lado. Me resultó chocante que una actuación tan patética para colarse viniera de parte de alguien tan peripuesto. Observando mejor, ví que llevaba un uniforme de color azul marino, no sé muy bien si de renfe o de azafata. En uno de los asientos que quedaban delante se sentó un chavalito con el mismo uniforme, sólo que él llevaba pantalones en vez de una falda de tubo. – ¡Hey, hola Furulo, cómo estás! – le casi gritó ella. El chaval, educadamente le devolvió el saludo. De ahí hasta el final del trayecto la tipa de mi lado le estuvo sometiendo a un tercer grado al que el pobre le iba respondiendo con respuestas breves y muchos monosílabos. Simultaneamente un niño de unos ocho años y con cuerpo para uno de doce con sobrepeso (o tal vez tendría 12 años comportándose como si tuviera ocho) se entretenía en hacer pedorretas con la boca mientras se mantenía colgado como si fuera un mono de forma grotesca a un adulto que iba sentado a su lado.
La colona seguía con su interrogatorio al otro de uniforme. Llegó también el mariachi de turno a amenizarnos el viaje berreando guantanamera y perpetrando algún tema de los Beatles. Por favor, deberían sancionar por cantar tan mal. El niño de delante se amontonó con otro mientras se sacudían y daban gritos guturales dando codazos y patadas a quien osara estar cerca; mientras yo observaba la escena surrealista. Me faltó así de poco para decirle a la tipa de al lado “¡Qué no ves que el tipo no te sigue la charla, déjale a él y a mi en paz con tus preguntas banales y estúpidas!”

Cuando fue el momento de apearse la colona levantó el pandero del asiento sin molestarse en sujetarlo para que no se cerrara de golpe. Si no aparto el codo a tiempo seguramente me lo habría fracturado. Boum! sonó, pero ella ni se inmutó, agarró el abrigo y lo volteó como si estuviera sola en el vagón para ponérselo a modo de capa. Obviamente, me tragué el abrigo; la tipa tampoco se inmutó. Menos mal que se desplaza en tren y no conduce un coche!

Una vez en el aeropuerto y tras otro slalom para sortear a los que van de paseo en grupos de a cuatro ocupando cuanto pueden me sobrevino la gran pregunta; ¿en qué carajo de terminal llegará el asunto este del avión?. Cuando logré llegar al punto indicado me puse a buscar el vuelo en el que me habían dicho que llegaba el Cacho y cuando lo encontré …. arresulta que su hora estimada de arrivada era dentro de casi dos horas. ¡mierda! y yo sin comer y el perro sin haber salido.

Hice todo tipo de maniobras para hacer pasar el tiempo sin agobiarme (odio profundamente esperar). Cuando faltaban quince minutos para la hora estimada decidí irme a la zona de batalla para agenciarme un hueco donde poder atisbar salir al personal y localizar al Cacho. Poco a poco fuí ganando posiciones hasta lograr llegar a segunda fila. La primera representa la parte de la barandilla esa que han puesto para frenar a la manada incapaz de mantenerse a una distancia prudencial de forma voluntaria para dejar salir a los viajeros. La barandilla estaba ocupada en gran parte por toda una familia que había ido a buscar a alguien. Ahí, de a ocho, ocupandolo como si sólo ellos estuvieran esperando a alguien. Yo estiraba el cuellecillo cada vez que se abrían las puertitas a ver si divisaba al Cacho recogiendo su maleta, o en calzoncillos mientras le cacheaban en aduanas.

No salía más que gente con ensaimadas. Vaya, el vuelo de Mallorca llegó hace más de cuarenta minutos; si ese es el tiempo desde que aterrizan hasta que salen aún me queda esperar hasta las 6 de la tarde y el perro sin haber salido.

Cuando al fin la familia numerosa se largó llegué a primera fila y llegó la siguiente parte: señora con cochecito y niño insufrible justo pegada a mis talones (no entiendo por qué hay que llevar a los niños a un aeropuerto). Creo que usaba el asunto del cochecito para cabrearme y que me largara y ocupar mi fantástica primera fila en la barandilla así que soltó al niño para que hiciera lindezas. El niño agarró el cochecito y se entretuvo en embestirme por detrás durante un rato. Yo pateaba sin disimular el cochecito y entonces el niño saltó a mi posición, se amarró a la barandilla y comenzó a pisotearme y a mover el cochecito hacia los lados. Luego regresó detrás y volvió con las embestidas de cochecito hasta que grité a la madre un Joder con el carrito de los cojones haga el favor!. La señora me miró con ojos de asombro. Las mamás son seres que dan por supuesto que a todos nos gustan los niños y estamos dispuestos a soportar sus berridos y pisotones diciendo mira qué mono.

Una vez superado el level de la mamá con niño armado de cochecito (es como un video-juego y te dan puntos) tomé conciencia de que el careto se me había deformado considerablemente y, en vez de tener cara de ilusión por ver a mi marido después de dos semanas, se me había quedado un rictus de horror que comenzó ya con la escena surrealista del tren.

Las seis y media y comencé a sudar. Encima estos cabrones no me dejan fumar pero si salgo a fumar no veré si salió el Cacho y se había amontonado una multitud bestial de gente.

Hasta los cojones. Odio, odio profundamente esperar. Me irrita mucho y llevaba ahí tres horas plantada. Mis tragaderas rebosaban y me sonaba el indicador interno de peligro de explosión inminente así que salí a caminar arriba y abajo con expresión de psicópata mientras absorbía el humo de un cigarrillo y gritaba como una energúmena mientras hablaba por el teléfono móvil y todo el mundo me miraba.

Extrañamente una empleada de Iberia me atendió de forma muy atenta cuando fui a un chiringuito de esos que tienen allí. Yo creo que me vió la cara y por su seguridad o por pena decidió atenderme estupendamente; - huy, es imposible que haya tomado ese enlace, seguramente vendrá en el vuelo de las dieciocho cicuenta y cinco

Si te quieres sentar has de irte a una sala de espera que queda en a tomá pol culo de la salida de los viajeros y que además queda oculta detrás de chiringuitos de cosas así que decidí sentarme en el suelo y hacer crucigramas blancos.

En algún momento vislumbré al Cacho (al fin!) casi a las ocho de la tarde. Su vuelo salió con tres horas de retraso. Mis límites de paciencia se habían consumido por completo y no me ví capaz de volver a enfrentarme al tren de regreso con niños psicópatas, mariachis desafinantes y gente que no entiende el significado de dejen salir antes de entrar. Así que para evitar terminar en comisaría por algún arrebato nos tomamos un taxi: ¡¡cuatro mil pelas!! Por el precio que te sale un taxi podrían al menos ponerte unos canapeses para ir haciendo estómago.

Hay gente que hace esto regularmente. ¿Cómo pueden soportarlo?

3 pensamientos en “Aeropuerto

  1. Lluvie

    “La señora me miró con ojos de asombro. Las mamás son seres que dan por supuesto que a todos nos gustan los niños y estamos dispuestos a soportar sus berridos y pisotones diciendo mira qué mono.”

    Tuni, esta es la MEJOR frase que he leido en anios!!!

    Ayer me dispongo a salir con mi coche del estacionamiento del gym y justo se me estaciona una de esta especie al lado. La tia en vez de esperar que yo saliera lo que hizo fue abrir su puerta cosa que me tuviese que esperar… anda, esta bien.

    Cuando pongo retroceso, abre su maleta y saca el cochechito de los cojones y lo pone atravesado… paciencia, solo acabo de salir del gimnasio, son las 12:20 y tengo hambre y el perro tiene que comer en 10 min.

    La tipa deja su cochecito atravesado y yo que me habia cansado saco el culo del coche y me doy cuenta que tengo que esperar que lo mueva o si no me lo llevo por medio y me lo cobran como si fuese el coche de ella. Pues, toda la paciencia del mundo para sacar a su “mocosita” del carro y ponerla en el cochecito.

    Pero no acaba alli, NO!!! Deja el cochecito “de lado” para que no me moleste y sigue haciendo yo que se que cosa dentro y yo con medio culo del coche afuera esperando. Pues nada, a los 5 minutos la tia es que se digna a irse y ni siquiera es capaz de dar las gracias por yo ser tan paciente de aguantarme su atravesada.

    Es que acaso estamos obligados a sonreir cuando vemos una Mama con su hijo/a??? Que tal si no me gustan??? Acaso me sonrien a mi cuando ven mi hermosura de perro en la calle??? Noooooooo, mas bien se alejan!!! JO!!!

    Pregunto: Para que sirven los cartelitos que ponen en los coches que dicen” Baby on Board”??? Que se supone que debo hacer???

  2. Helena Autor

    Lluvie, santa paciencia la que tuviste ;-P

    Algunas mamás sí son consideradas pero la mayoría con las que me topo a lo largo del día la verdad es que no lo son.

    Personalmente, en la medida de lo posible, las rehuyo a tó meter.

    Un gustazo leerte por estos lares, Llu ;-)

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