Resulta que Olivia se ha zampado su saco de pienso a más velocidad de la estimada y me encuentro con que las tiendas y veterinarias de la zona están cerradas por vacaciones asà que me toca averiguar qué está abierto por ahà donde puedan venderme el asunto.
Tengo una tarjeta de la tienda Cuatro Patas asà que llamo para ver si están abiertos y si tienen exactamente la marca que se lastra la menuda.
Se pone un señor y le digo – hola! -; -“¡hola!”- me responde muy amable y le digo – ¿Es el Cuatro Patas? – y no va el tÃo y me suelta – “No, son dos y me sobran cinco” – ¡y me cuelga! ¡Será borde el tÃo borde!
Digo yo que no serÃa la tienda o van a perder muchos clientes atendiendo asÃ. Lo más probable es que marcara mal el número pero no me parece forma de tratar a una equivocación telefónica, digo yo.
Recuerdo que hace unos años llamaba una tal Marisa preguntando por una tal Pepi y siempre le dejaba mensajes en mi contestador automático.
– Peepiii
– Peeepii estás ahÃ, soy yo, la Marisaaa
– Bueno Pepiii, que me llames cuando sientas este mensajee, ala, adió.
Y fÃjate que yo me preocupaba porque pensaba “la Pepi no le va a llamar porque ha dejado el mensaje en mi casa”.
Duró años lo de los mensajes de la Marisa a la Pepi en mi contestador automático.
Un dÃa llamó y me puse. Y me dice -¿Pepi?- y le digo – No ¿que eres la Marisa? – -SÃ, soy la Marisa ¿quién ere?- y traté de explicarle que llevaba años dejándole avisos a la Pepi en mi contestador automático y que si la Pepi no le devolvió las llamadas que no lo tomara a mal.
– Ah, vale, grasia!-
Nunca más ha vuelto a llamar la Marisa. Casi que hasta se la extraña.
¿Tan dificil es atender amablemente a alquien que se ha equivocado y ha marcado tu número?
Menudo tÃo borde!
Tuni dijo: “Se pone un señor y le digo – hola! -; -â€Â¡hola!â€- me responde muy amable y le digo – ¿Es el Cuatro Patas? – y no va el tÃo y me suelta – “No, son dos y me sobran cinco†– ¡y me cuelga! ¡Será borde el tÃo borde!”
No es por maldad ni nada pero no paro de reir, jajajajajajajaja
Hola Lluvie!
jejeje sÃ, si no hay para menos que reirse pero especialmente de imaginar la cara de pelotuda que se me debió poner cuando el tÃo borde me soltó la frase