Tacones altos

Uno de los inventos más crueles para las mujeres son, además de las medias, los zapatos de tacón alto. Los usan de forma voluntaria creyendo que les favorece estéticamente.
La verdad es que según y cómo vayan vestidas sí pueden favorecer; pero ponerse tacones a costa de parecer una manada de jamelgos con herraduras flojas le quita toda la gracia al asunto.
Es terrible escucharlas caminar por la calle; catacoclop catacoclop catacoclop jrrrrclonch catacoclop. Van caminando detrás de ti y te entra hasta mal rollo. Bajan las escaleras y se las puede escuchar a kilómetros.

No basta con ponerse los tacones; además hay que saber llevarlos con un poco de elegancia y si no, te puedes ahorrar el dolor de pies pues evidencias que, en realidad, eres más basta que un diente de madera.

Y con lo cómodo que se va con unas buenas bambas… hay que joderse.

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