Mamá, quiero ser músico

Cuando era una cría decidí que quería ser músico(a). Seguramente nunca me lo habría planteado (todo lo más, me sabía tocar un par de melodías con la flauta) si no hubiera tenido un hermano, mayor que yo, que andaba en esos asuntos y que además disfrutaba humillándome diciéndome siempre eso de “nooo, tu no puedes, por que eres una niña y además eres pequeña“.

Así que por tocar los cojones nomás le agarraba las baquetas cuando él no estaba y aporreaba su preciada batería. Anda que no iba a poder yo, por ser una niña y por ser pequeña; ya te digo.

Mi familia siempre fue muy complaciente para con nuestras ocurrencias y en esto no iban a ser menos así que se pudo montar el local de ensayo en la habitación del abuelo. Desde aquí, mis más sinceras disculpas a los vecinos que soportaron esa aberración durante años.

La peor parte que tuvieron que sufrir fue con el último grupo al que perteneció mi hermano. Estos pretendían ir en serio así que los teníamos plantados en casa desde primeras horas de la mañana y todos los días.

Por aquel entonces yo tendría unos 11 o 12 años y estaba francamente encantada con aquel asunto. Desde años atrás, con 8 o 9 años (o menos), intentaba ‘acoplarme’ a mi hermano allá a donde fuere, algo que él odiaba. Salía de casa intentando esquivar eso de “Juaaaann llévate a tu hermaanaa“.
Yo le seguía siempre a distancia, básicamente porque mis piernas eran más cortas y me costaba seguir su ritmo mientras él hacía lo posible por darme esquinazo y perderme por el camino. Muchas veces no lo conseguía y allí estaba yo, totalmente desubicada en su grupo de amigos sin enterarme de que estaba de más (5 años de diferencia son muchos años a esas edades).

Pero eso de tener el local de ensayo en casa era perfecto! No había pérdida; estaban ahí y debían tragar conmigo quisieran o no porque era mi casa.
Era fantástico. A las nueve de la mañana me despertaba con aquel estruendo detrás de la pared de mi dormitorio. Era la señal de que las presas estaban listas para mí. Me levantaba medio dormida aún intentando llegar hasta el lavabo apartando a gente a quien no había visto en mi vida. Siempre habían visitantes nuevos. Lo de menos eran los integrantes del grupo. Esos estaban ocupados siempre en los asuntos propios de la banda. Pero los otros, los mirones, esos que se pasan el tiempo en los locales de ensayo viendo ensayar a otros, esos eran mi devoción de doceañera y eran todo míos. Además, me parecían todos tan guapetones, con sus chupas de cuero negro y esos tupeses tan bien peinados …

Veintiocho años más tarde de todo eso mi moraleja es: niñas y niños del mundo, estudien una carrera y déjense de perder el tiempo con gilipolleces (proverbio leporcio)

Un pensamiento en “Mamá, quiero ser músico

  1. Daniel

    Diselo a los jovenes que estan ganando miles ahora. Como por ejemplo los Bring me the Horizon, los Hawthorne Heights… sus integrantes no pasan de los 20 años. Todo consta del amor que tengas hacia la musica y la habilidad qe desarrollas en el campo. Hay cosas mas alla que el aula de una universidad. Despues de todo, sin música, la vida no es mas que un vacío.

Deja un comentario